Trastorno por déficit de naturaleza

Esta es la Parte 1 de 4 de la serie Urbanismo Ecológico.

Los humanos deseamos conectar con la naturaleza, es un anhelo heredado de nuestros ancestros que vivían en la copa de los árboles—los monos. El concepto biofilia describe el deseo humano fundamental de conectar con la naturaleza; bio—significa vida—y filia—amor. La biofilia es el amor a otras formas de vida como humanos, vegetación y animales. 

Nuestro urbanismo debe responder a la biofilia, o sea, debe mejorar la conexión entre humanos, vegetación, animales y ayudarnos a tener una vida activa. Llamémosle urbanismo ecológico. Los elementos más importantes del urbanismo ecológico son: vegetación, áreas verdes, construcción con materia prima de la naturaleza y el uso de tu cuerpo para moverte.

Es difícil pensar en absolutos para transmitir la idea de qué es un urbanismo ecológico. Para simplificar, piensa en una escala del 1 al 10:

Un urbanismo ecológico con calificación 10 tiene árboles en las calles, parques, mucha vegetación, edificaciones de piedra, madera o ladrillo y un urbanismo donde las personas caminan para cubrir sus necesidades diarias.

Un urbanismo ecológico con calificación 1 no tiene vegetación, tampoco espacios públicos, los carriles de carros son enormes, no hay aceras, tiene edificaciones construidas con materiales procesados como gypsum board o plástico y un urbanismo donde las personas dependen del carro para cubrir sus necesidades diarias. Llamémosle urbanismo anti-ecológico.

El urbanismo anti-ecológico tiene efectos negativos en los humanos y nos lleva a tener un trastorno por déficit de naturaleza que se manifiesta en problemas sociales, psicológicos y físicos. Exploremos cómo la falta de naturaleza empeora cada problema:

Los problemas sociales incluyen inseguridad y agresividad. Estudios:

Los problemas psicológicos incluyen déficit de atención, estrés y depresión. Estudios:

Los problemas físicos incluyen enfermedades cardiovasculares y obesidad. Estudios:

El urbanismo ecológico nos ayuda a tener una vida saludable. Ahora veamos un par de ejemplos de la vida cotidiana de urbanismo ecológico (izq.) vs. urbanismo anti-ecológico (der.).

Barrios

En la izquierda vemos una calle de piedra llena de árboles, tiendas en las plantas bajas y muchos peatones. Esas calles se disfrutan paseando. En la derecha vemos el ejemplo típico de un suburbio donde hay exclusivamente residencias, no hay espacios públicos y se necesita el carro para todo.

Calles

En la izquierda vemos una calle llena de peatones en el centro de Barcelona. Está llena de árboles y de opciones donde comer o entretenerse. En la derecha vemos una calle en Panamá casi sin vegetación y donde el espacio está diseñado para el carro, sin considerar el peatón.

Oficinas

Las oficinas, al igual que nuestros hogares, también pueden responder a la biofilia. La oficina de la izquierda tiene mucha madera, luz solar y vistas a la naturaleza. La de la derecha esta llena de cubículos, tiene luz artificial y materiales procesados. Parece una fábrica. Necesitamos oficinas para personas, no robots.

¿Qué te transmite el urbanismo ecológico vs. anti-ecológico? Intuitivamente sabemos que queremos un urbanismo ecológico por el fenómeno de la biofilia. Al entender esto surge una pregunta: ¿Cómo podemos incorporar más urbanismo ecológico a nuestras vidas?

Lo ideal es vivir en un urbanismo ecológico. Si no puedes, entonces trabaja para que tu barrio, calles, oficina y hogar adquieran estas características. Esto significa invertir en lugares que valoren el urbanismo ecológico o exigir a las autoridades y a los desarrolladores de bienes raíces incorporar las características de urbanismo ecológico.


Si quieres saber más recomiendo que veas el siguiente video:


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